- Manzanas.
- Harina.
- Azúcar.
- Mantequilla.
- Aceite de oliva.
- Canela.
- Helado de vainilla o natillas.
Bueno, mi problema de siempre: las cantidades. Haremos los cálculos a ojo porque este postre debe tomarse recién sacado del horno. ¿De qué va esto? Pues, básicamente, se trata de cortar las manzanas en dados y saltearlas en una sartén con un poco de aceite, canela y azúcar moreno y retirlarlas antes de que se terminen de cocer del todo.
Luego preparamos una mezcla de harina, azúcar y mantequilla en las siguientes proporciones: de azúcar moreno y de mantequilla la mitad que de harina. La mezcla debe quedar arenosa.
Por último, ponemos las manzanas en una fuente de horno, las cubrimos con la mezcla y lo metemos en el horno una media hora a 150º-180º (previamente precalentado) hasta que la cobertura esté dorada.
Lo servimos inmediatamente acompañado de una bola de helado de vainilla o de natillas bien frías. Podemos presentarlo espolvoreando un poco de canela sobre todo.